viernes, 15 de enero de 2010

Nightmare Alley (Spain Rodríguez)

En 1947 apareció publicada en Estados Unidos Nightmare alley, la primera novela de William Lidsay Gresham, que empezaría así una carrera de escritor de novela negra que, si bien no fue muy fructífera en cuanto a la cantidad, sí lo fue en cuanto a la autenticidad de sus personajes y situaciones, ya que la biografía del propio Gresham tenía la sordidez propia de ese género. La novla cuenta la historia de un timador que empieza a trabajar  como vidente en una feria ambulante típica de la época (con sus típicos fenómenos) para ir ascendiendo hasta llegar a timar a la gente de la alta sociedad con chanchullos espiritistas cada vez más elaborados.


Al año siguiente Edmund Goulding dirigió una adaptación de la novela a la gran pantalla, contando con una estrella como Tyrone Power en el papel protagonista, lo que aumentó enormemente la popularidad de la obra de Gresham. En España la película se llamó El callejón de las almas perdidas.

Spain Rodríguez es un veterano historietista perteneciente a la primera generación de artistas de cómic underground américano, procedente de Buffalo (NY), emigrado a San Francisco en 1969, donde tomó contacto con el entorno de Crumb y Shelton. Su personaje más famoso es el antihéroe Trashman, aparecido en publicaciones como el East Village Other, Zap Comix o Heavy Metal, y que ha disfrutado recientemente de una antología editada por Fantagraphics. Su último éxito ha sido una biografía del Che. A mediados de los 90's, Avon Comics le encargó a Rodríguez una adaptación Nightmare Alley para una serie dedicada a publicar adaptaciones en cómic de obras literarias, pero esta serie se canceló en 1996, cuando Rodríguez casi tenía terminada su obra. Este proyecto quedó en el limbo hasta que Fantagraphics propuso a Rodríguez su publicación, con lo que el artista pudo por fin terminar su obra, editada por fin en 2003.

Y ha sido cuando a finales del año pasado cuando por fin la hemos podido ver publicada en nuestro país, por la pequeña editorial madrileña Likantro. Y por fin podemos comprobar que tanto trajín y tanta espera ha merecido mucho la pena. Sin ser Rodríguez el artista de su movimiento que gráficamente más me gusta, pocos podrían hacer un trabajo mejor para reflejar la sordidez de la historia y sus personajes, en un estricto blanco y negro, con su inconfundible estilo feísta de línea gruesa. La hábil narrativa de Spain Rodríguez hace que una historia densa como ésta, que en otras manos sería bastante pesada, se convierta en una lectura absorvente que muestra con naturalidad lo peor de la miseria humana.

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