Con el segundo volumen que me compro de la colección de clásicos de Bruguera de RBA repito autor: el gran Francisco Íbañez.
Una de las series de Ibáñez que más gracia me hacen es esta 13, Rúe del Percebe, en la que el maestro nos presentaba los vecinos de una casa a razón de un gag por vivienda. La comenzó a hacer en 1961 y duró unos veinte años. Es un tebeo que tiene, sobre todo, un marcado carácter costumbrista, aunque en ella no faltan elementos de humor negro, a veces negrísimo. Quedan patentes en la serie las estrecheces y faltas de medios con las que se vivía en España en esos años, en los que, aunque ya habíamos dejado atrás la durísima postguerra, esto seguía sin ser Alemania. Así, pues, los vecinos del 13, Rúe del Percebe tenían que agudizar su ingenio para poder subsistir en un país en el que la picaresca estaba al orden del día.
En un repaso rápido a cada piso nos encontramos con Manolo el en el ático, siempre acosado por los acreedores, basado en el mísmisimo Manuel Vázquez; Ceferino el caco y esposa viven en el tercero a base de los pequeños y grandes hurtos de este en ocasiones hábil ladrón; Doña Benita y sus tres hijos cabezones, que son el terror de lso cobradores y pretendientes de su casadera hermana, también viven en el tercero; en el segundo vive una anciana rodeadad de gatos y otros animales que pertenece a la Sociedad Protectora de animales, que parece que por aquel entonces era cosa de solteronas; en la puerta de al lado vivía un científico loco con los monstruos de producción propia (mi favorito por razones obvias), pero la censura hizo desaparecer al personaje para sustituirlo por un sastre con bastante morro; en el primero tenemos a un veterinario poco competente que siempre que puede se aprovechar de los animales que le traen; en la misma planta tenemos a Doña Leonor, que realquila habitaciones hacinando a los huéspedes hasta límites insospechados; el bajo lo ocupa la tienda de Don Senén, un experto en timar a su clientela; en la portería está la portera, claro, que cumple con los tópicos de la profesión; el último vecino es Don hurón, habitante de la alcantarilla. Parece que a Ibáñez le parecían pocas coñas por página, porque añadió a un sufrido gato y su torturador ratón en la azotea, antecesores de Pica y Rasca; arañas con diferentes trajes en la escalera; chistes con el ascensor, personajes invitados (Rompetechos, Mortadelo, Pepe Gotera y Otilio...). Consciente de que los en una casa de vecinos no se está solo nunca, Ibáñez a veces hacía interactuar unos vecinos con otros y, en ocasiones, todos los chistes formaban parte de uno mayor e incluso trasdendían de una entrega a otra.
El tomo de RBA recopila una selección de casi 200 planchas de la serie editadas originalmente en Tío Vivo entre 1961 y 1966. No puedo tener queja alguna sobre esta edición, bastante lujosa y con escaneos aceptables, como poco. El único pero que le saco es la repetición de algunos gags por parte de Ibáñez, pero claro, teniendo en cuenta de que estos tebeos se editaron originalmente para leer a razón de una página a la semana, es normal que al leerlos todos seguidos se haga al final un poco pesado.
5 comentarios:
buena compra!!! hace poco me pille el comic del que se sacó (para que fuera políticamente correcta y digestiva) la peli "Wanted" con Angelina Jolie, muy cafre, a ver si posteo algo...
un saludo!
La peli no la vi, pero el tebeo me gustó mucho.
yo le he echao el ojo al de la familia Cebolleta ¡¡Vazquez for ever!!
Eso, eso, César, a ver si te compras el de la Familia Cebolleta y me lo pasas!!!
Sí, ya lo tengo... y seguro que caerá Anacleto, las Hermanas Gilda...
Y a mi que me parece raro que en esta colección no esté Doña Urraca!
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