viernes, 1 de octubre de 2010

Turbo Rock Madrid 2010 (3 de 3)

Martes 28. Por muy raro que parezca, el Turbo Rock de Madrid se queda en barbecho durante cuatro días, ya que es durante el fin de semana cuando tiene lugar en Valencia y Cantabria. Así que, tras cenar en el buyerkin y con una extraña sensación de estar viviendo algo que ya ha pasado antes, nos metimos en el Rock Kitchen.
Uno de los principales atractivos del festival para mi era disfrutar de The Meanies en directo, la banda australiana de hardcore melódico pero denso, ya que me parecen uno de los grupos más originales en su estilo. Y no me defraudaron: ver a Link, el vocalista, bailando a lo epiléptico mientras cantaba (a ratos melódico, a ratos aullando) con la distorsión creada por sus compinches, un punk oscuro y pesado, con frecuentes cambios de ritmo, fue de lo mejor del Turbo Rock. Había pogos, había stage diving y yo me lo pasé dabuti. Que pena que si lo bueno es breve, dura menos. Momentos para el recuerdo: Eating roaches y 10% weird seguidas y toda leche.

Para grupo de sonido variado, The Young Fresh Fellows de Seattle. Ya mientras iban colocando sus instrumentos la expectación iba en aumento. ¿Qué es eso que han puesto en la batería? ¿Una caña con una sartén y un platillo? Efectivamente. Empieza el concierto y lo primero que te das cuenta son las tablas que tienen, sobre todo se nota en Scott McCaughey (cantante y guitarra, también en The Minus 5 y R.E.M.) y en Kurt Bloch (también en Fastbacks), que estaban en el escenario como pez en el agua. Casi sin que nos diéramos cuenta, de la forma más natural, durante algo más de una hora estuvieron cambiando del powerpop al rock'n'roll, del punk pop al beat, del garage al powerpop otra vez e, incluso, ¡tocaron blues y funk! ¡Y encima se lo estaban pasando tan bien como nosotros, por lo menos! Momentos para el recuerdo: Rock'n'roll pest control y las versiones de Picture book (The Kinks) y Strychnine (The Sonics).

Un festival así necesitaba una banda potente para cerrar, así que Mudhoney, el grupo más punk rock del movimiento grunge de Seattle, venía como anillo al dedo. En menos de medio minuto, las primeras filas se habían convertido en una batalla campal cuyo objetivo era la diversión a base de pogo furioso. Hora y media larga estuvieron Mark Arm, Steve Turner y los suyos rompiéndonos los tímpanos a base de rock rico en octanos, punk sucio y garagero, oscuras atmósferas afterpunk y frecuentes cambios de tempo (ideales para coger fuerzas), sin grandes artificios ni trucos de magia, aquello era rock crudo. Y abajo el respetable divirtiéndose como enanos, incluso a mi me sonaban algunas canciones. Momentos para el recuerdo: The money will roll right in (versión de Fang, con la que abrieron) y Touch me I'm sick.

Aunque parezca un festival nostálgico de los 90's el Turbo Rock es luna de las pocas oportunidades de ver a un buen puñado de grupos míticos en una sala relativamente pequeña, con sonido más que aceptable y a un precio muy asequible (68 pavos, si echas cuentas ver a estos grupos por separado sale por más del triple). Las únicas pegas, los días elegidos y la duración de las actuaciones de algunos grupos.

2 comentarios:

61 y 49 dijo...

Nosotros fuimos de los que tiramos para Cantabria, supongo que el estómago nos pedía abandonar el Buryerkin unos días en pos de los placeres gastrónomicos pasiegos.

Del festival me quedo con la gran filosofia que han montado, con el cartel (increible que dieran en el clavo con mis gustos), con los Redd Kross, Jc Brooks y la sorpresa de los Wildebeests. Y mil cosas más que me llevaría un lustro explicar. Que sigan con la idea...

Saludos.

César Alcapone dijo...

Sí, ojalá que sigan manteniendo ese sabor a conciertos de rock'n'roll en salas, y esa sensación de estar entre amigos.