Clásicos del Humor: Pulgarcito (Jan)

¡Qué ganas tenía de echarle el guante a este tomo de la colección de Clásicos del Humor!

El Pulgarcito de Jan, tal como se explica en un artículo de este mismo tomo, fue la respuesta del creador de Superlópez a una petición de propuestas para una nueva cabecera con ese título que la Editorial Bruguera les hizo a él, a Ibáñez y a Raf a principios de los 80's.

Pulgarcito narra las aventuras protagonizadas por un niño bajito muy vivo e inteligente, en las que el autor mezcla hábilmente elementos de la vida cotidiana de un niño urbanita normal con elementos de fantasía y ciencia ficción (una CiFi muy light, claro). Así, Pulgarito hace viajes en el tiempo, trata con inventores geniales, vive momenos clave de la Historia  o se adentra en clásicos de la literatura juvenil. Muchas de las veces Jan juega con la dualidad de que ni el mismo niño sabe hasta que punto cuales de estas aventuras ocurren realmente y cuales son imaginadas cual Little Nemo a la española. El entorno y los personajes secundarios de la serie están muy bien definidos desde un principio, se nota que Jan los trabajó mucho. De ellos destaca Medianoche, el gato de fuerte carácter que acompaña a Pulgarcito en todas sus aventuras, y el señor Ogro, un inventor con una personalidad a medio camino entre el capitán Archibaldo Haddock y Pacome Hegesippe Adelard Ladislas, Conde de Champignac, con el físico de Obélix.

Se publicó en su propia revista, editada entre 1981 y 1982 en unas 70 entregas semanales, para la que Jan dibujaba unas 14 páginas en su estilo detallado y dinámico, lo que suponía un gran esfuerzo, por lo que tuvo que dejar la serie en beneficio de su mayor éxito, Superlópez.

Pulgarcito es un tebeo dirigido al público infantil en el que el autor inculca muy hábilmente al lector una serie de valores elementales al tiempo que trata de despertar su interés por la literatura. Sé de un caso, al menos, en el que lo consiguió, o por lo menos contribuyó mucho a ello. Al igual que ocurre con Superlópez, el estilo de la composición narrativa de esta historieta la desmarca de sus compañeros de editorial para acercarse a autores francobelgas como Franquin o Peyo.

Este tomo recupera las primeras cinco entregas de la serie, en la que se pesentan a los personajes y como interactúan entre ellos. A continuación se da un salto y nos encontramos con las entregas 16 a 23, en las que Pulgarcito viaja junto al señor Ogro, su hija Trini y Medianoche a Inglaterra, donde se introducirá en las obras de escritores británicos como Lewis Carroll, Howard Pyle, James Matthew Barrie o William Shakespeare. Una pena que no se recupere su etapa de viajes espaciotemporales, recuerdo que molaba.

La lectura de este tomo de Pulgarcito no sólo tiene para mi el evidente valor nostágico, también me ha supuesto reencontrarme con un gran autor en una de sus mejores etapas creativas.