Si hay una cosa que tenemos en común los fans de La Mazmorra es nuestra infinita paciencia, que a veces se ve recompensada con una dosis doble cuando menos lo esperamos.
En La Mazmorra Crepúsculo 105: Los Nuevos Centuriones, los guiones de Joann Sfar y Lewis Trondheim se ven apoyados por el dibujo de la pareja de artistas conocida como Kerascoët, que ya se habían encargado del anterior álbum de esta sub-serie. En este álbum, la destrucción de Terra Ámata ha provocado un desequilibrio de poder que obliga a crearse y a deshacerse alianzas, tanto para la guerra entre países como para las luchas internas. La intrigante trama se ve aderezada por las continuas muestras de humor, fantasía, magia y aventura habituales. Kerascoët son una acertada elección al dibujo, pues pocos como ellos consiguen acercarse tanto al estilo de Sfar sin llegar a ser meras copias.
En La Mazmorra Amanecer -83: Sin el menor ruido, el Señor Arakou de Cavallère, sabiendo que el gobierno de su castillo queda en las buenas manos de su hijo Jacinto, se lanza al camino en busca de sus antiguos compañeros de aventuras para recordar los buenos tiempos. Para evitar que se meta en líos, le acompaña la asesina Alexandra. Mientras, el profesor Cormor intenta conseguir financiación entre los nobles locales para la reconstrucción de Antípolis. Sustituyendo a Blain en el dibujo, Christophe Gaultier hace un papel soberbio manteniendo el tono sombrío de la sub-serie adaptando su propio estilo, a lo que también contribuyen los colores de Walter. Ante toda la desolación que se muestra en este álbum, contrasta mucho el encontrarnos con un par de guiños a Disney.
En La Mazmorra Amanecer -83: Sin el menor ruido, el Señor Arakou de Cavallère, sabiendo que el gobierno de su castillo queda en las buenas manos de su hijo Jacinto, se lanza al camino en busca de sus antiguos compañeros de aventuras para recordar los buenos tiempos. Para evitar que se meta en líos, le acompaña la asesina Alexandra. Mientras, el profesor Cormor intenta conseguir financiación entre los nobles locales para la reconstrucción de Antípolis. Sustituyendo a Blain en el dibujo, Christophe Gaultier hace un papel soberbio manteniendo el tono sombrío de la sub-serie adaptando su propio estilo, a lo que también contribuyen los colores de Walter. Ante toda la desolación que se muestra en este álbum, contrasta mucho el encontrarnos con un par de guiños a Disney.
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