Ayer jueves nos acordamos que hacía mucho que no nos pasábamos por el Gruta 77 y que, como tocaba un grupazo de los de toda la vida, allá que nos fuimos, a ver si entre que es verano y tal todavía quedaban entradas. Pues sí que quedan, pues vamos pa' dentro que ya están tocando los teloneros.
Abrían The Foreign Characters, un trío de Madrid que la verdad es que no me emocionaron nada. Con todo el respeto que me merece cualquiera que se suba a un escenario, su repertorio de pop rock a veces cañero, a veces psicodélico, a veces más folkie, me aburrió bastante. Técnicamente, tocaban de puta madre, pero las canciones me hicieron mirar el reloj más de una vez, y la monótona voz del cantante no me gustó nada... además, no sé por qué se empeña en cantar en inglés con una pronunciación tan mala, parecía que habíamos vuelto al indie español de principios de los 90's. Sólo cuando tocaba la armónica podíamos descansar un poco. Para el colmo acabó él solo en el escenario en plan cantautor, por favor, para dormir me hubiera ido a mi casa...
De todas maneras, ese sopor mereció la pena, ya que no tardó demasiado en subirse al escenario una leyenda viviente del rock inglés. Eddie & The Hot Rods irrumpieron en la escena pub rock londinense en 1975 con su rock influenciado por el R&B y R'n'R americano de los 50's, bandas británicas de los 60's como The Who o The Kinks y la energía del glam más cañero de los 70's. Fue fácil meterles en el saco del punk rock cuando éste se puso de moda al año siguiente, debido a su actitud macarra y rebelde. Aunque se separaron en 1981, llevan tocando desde 2000 con bastante éxito. Con el carismático Barrie Masters al frente, único miembro fundador de Eddie & The Hot Rods que queda en la banda, con una cara de momia que delata que lleva en esto desde hace más de 35 años, pero todavía en forma como para enfrentarse al público con dignidad de sobra, en seguida nos dimos cuenta de que se preparaba una buena. Así es, enseguida empezaron a sonar los primeros acordes de Teenage depression y pudimos comprobar que Barrie conserva todavía una voz cojonuda para el rock'n'roll y que se ha sabido rodear de cuatro músicos potentes, competentes y apasionados. El concierto se me pasó volando, con un montón de temas clásicos para corear: Quit this town, Life on the line, Do anything you wanna do, por citar las más conocidas, pero también versiones como The kids are alright de The Who, Gloria de Them o Born to be wild de Steppenwolf, esta última como bis final. ¿Qué más queréis que os diga? Pues eso, que a este tipo de conciertos vas un poco con la mosca detrás de la oreja sin saber como de acartonados te vas a encontrar a los grupos y, en esta ocasión, me fui con la sonrisa en la cara y habiéndomelo pasado dabuti.
Fueron al concierto: Von Kutren y Alcapone.
2 comentarios:
Y también hicieron versión de Steppin' Stone
Cierto, cierto...
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