A principios de los 50's, bajo la cabecera de The House of Mystery, DC Comics empezó a publicar historias de terror y sobrenaturales muy del estilo que hicieron famosos los tebeos de EC Comics. Con la llegada del Comics Code a mediados de la década y la censura que conllevaba, el título tuvo que dejar de lado el género del horror para albergar historias de ciencia-ficción y misterio, al principio, y de superhéroes al cabo de los años. En 1968 el Comics Code relajó su presión y The House of Mystery pudo alojar de nuevo tebeos de terror, con el veterano autor de EC Joe Orlando como editor. Ahora, al igual que en los cómics de la EC, The House of Mystery contaba con un anfitrión, Caín, que presentaba las diferentes historias de cada número. Orlando se supo de rodear de grandes del 9º Arte, algunos, ya establecidos, otros, novatos. Entre autores como Wood, Aparo, Aragonés, Wolfman, Wein o O'Neil, nos encontramos con un tal Berni Wrightson, cuyo primer trabajo en la industria del cómic fue precisamente el The House of Mystery nº 179, el cuarto de la etapa de Orlando.
Wrightson había trabajado como ilustrador para un periódico, cuando el mismísimo Frank Frazetta le sugirió ofrecer su arte a DC, donde su tabajo para series antológicas de terror, como House of Mystery y su serie hermana, House of Secrets (en la que creo junto a Len Wein a la Cosa del Pantano) le valió el título de Master of the Macabre y catapultó su carrera, que ha pasado por títulos como Batman: The Cult, Showcase y The Spectre (para DC), Punisher y Savage Tales (para Marvel Comics), Creepy y Eerie (para Warren), además de portadas e ilustraciones para publicaciones muy variadas, de las que destaca sus ilustraciones de Frankenstein de Mary Selley.
A finales del año pasado Planeta editó en nuestro país un tomo recopilando algunos de los mejores trabajos de Wrightson en House of Mystery. A decir verdad, las historias de este tomo han envejecido muy mal, aun estando a cargo de guionistas de la talla de Marv Wolfman, Len Wein, Joe Orlando, Dennis O'Neil y el propio Wrightson. No les llegan a la suela de los zapatos a las historias de EC que emulan, cuando aquéllas son divertidas e impactantes, éstas son pobres imitaciones que lo más que hacen es entretener levemente sin nada de la pegada del producto original. Todo lo contrario pasa con el arte de Wrightson, sorprende que ya en el comienzo de su carrera tuviera el alto nivel que en este tomo se muestra, con ese estilo que aunaba influencias de algunos de los mejores artistas que habían pasado por EC, como Wood, Ingels, Davis, Frazetta u Orlando, con un resultado final tan personal e intransferible que todo aquél que ha intentado copiar ha fracasado estrepitosamente. Además de las historietas, este tomo incluye algunas de las portadas e ilustraciones de Wrightson para The House of Mystery, revelando que su faceta de ilustrador era (y sigue siendo) tan importante o más como la de dibujante de cómics, y que en ella es donde ha conseguido los resultados más notables a lo largo de su carrera.
2 comentarios:
A mi al que más me recuerda de todos los autores de E.C. es a Graham Ingels...
Sí, a mi también. Un Ingels entintado por Frazetta o por Wood.
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