jueves, 27 de noviembre de 2008

Super Humor Clásicos: Agamenón y La Terrible Fifí (Nené Estivill)

Por fin se ha hecho justicia con Nené Estivill y se le ha dedicado un tomo del Super Humor!. Y es que Alejandro María Estivill, más conocido por su seudónimo, tenía uno de los estilos más personales de la Editorial Bruguera, quizá por haberse iniciado en el cómic fuera de la editorial barcelonesa. Estivill comenzó a publicar en Bruguera en 1958 y su estilo feísta lo emparentaba más con algunos dibujantes de La Codorniz que con sus compañeros de editorial. Sus dos personajes más conocidos fueron Agamenón y La Terrible Fifí, que son en los que se centra este tomo.

Agamenón es indudablemente el más popular de los dos y, para mí, también es el más divertido. En él se juntan todos los tópicos que se les suponen a los pueblerinos y se multiplican por diez (por lo menos), siendo el más bruto de Villamulos. Es simple como él sólo, pero tiene un gran corazón que sólo alberga dos pecados: el de gula y el de pereza. Su ignorancia, inocencia y tozudez le llevan a encontrar las soluciones más peregrinas a los problemas que le surgen en el día a día, lo que suele acabar en chasco a los que pretenden engañarle o en persecución con as de bastos incluída. Calza un 54. En estos tebeos Estivill caricaturiza con todo lujo de detalles la vida en el campo y sus habitantes, con un reparto que poco a poco iba creciendo y del que destaco a la abuela de Agamenón y la coletilla que decía al final de casi todas las historietas: "Igualico, igualico quel defunto de su agüelico", frase que adoptó la cultura popular de la época y que incluso se puede oir hoy en día.

Su otro gran personaje es la antítesis de Agamenón: La Terrible Fifí es una niña digna de Charles Addams tanto en lo físico (pequeña, cabezona, ceño fruncido y sonrisa diabólica) como en lo psíquico: es un ente malvado que sobrepasa las simples travesuras propias de los niños de su edad para llegar a las gamberradas más dañinas. Sus víctimas preferidas son Melanio (el novio de su tía) y Don Ricachini (un vecino forrado). Los resultados van desde daños físicos (palizas, explosiones, defenestraciones...) a daños psíquicos (sustos, humillaciones...), pasando por daños sociales (pérdida del empleo, rupturas amorosas...). La última viñeta suele ser muy similar a la de la serie de Agamenón: persecución con promesa de paliza, de la que seguro Fifí escapará. Esta serie es para mí un poco cansina, sobre todo al leer casi cincuenta historietas seguidas.

La edición cuenta con un prólogo de Antoni Guiral, tebeólogo especializado en Bruguera, de obligada lectura. Si hay que poner un pero sería que las historietas no siguen una cronología ni están fechadas, lo que quizá sería interesante para ver la evolución de cada serie. Por lo menos las dos series comienzan con la primera historieta que de ellas se publicó..

5 comentarios:

BRUTUSOUND dijo...

jajajaja,coño, agamenón!!! el de las ollas de garbanzos!! que revival!!

César Alcapone dijo...

Me paice, siñor Brutuson, custé endebe sé de mi quinta o porahi!

BRUTUSOUND dijo...

puede ser, y además somos tocayos, jajaja

Anónimo dijo...

agamenón era un gran tipo, se parece a un tipo como yo.

Lola dijo...

Me pregunto que les gusta a los chicos actualmente ?
Digo porque las salidas con mis sobrinos son siempre ir a comer al Mcdonalds en capital federal que me queda cerca de casa, pero me gustaría tambien llevarlos a ver una pelicula o algun espectaculo. Alguna sugerencia? Yo extraño los dibujitos de mi epoca...