El TMEO ya no es sólo la revista de cómics más exitosa de todo Euskadi (y, posiblemente, la segunda de España), si no que se ha convertido en toda una institución y un ejemplo de resistencia espartana. En un mercado en el que o te vendes al mejor postor (como El Jueves) o desapareces (como El Víbora), el que una revista de las características del TMEO llegue al significativo número 100 es algo que hace que mi fe en la especie humana se revitalice. Porque los autores del TMEO han demostrado número a número, desde 1987, que su independencia es total, su falta de autocensura es evidente y su espíritu transgresor es genuino. Mientras existan temeolaris, existirá la sátira política y social, el humor gamberro escatológico o el absurdo delirante.
Para este número 100 han tirado la casa por la ventana y se han sacado un especial de 100 páginas en las que se ha publicardo trabajos de autores antiguos del TMEO junto a los habituales, de los que yo destacaría a Mauro, Santi Orue, Simonides, Abarrots, Roger, Ata, Langer, Moctezumo de Ipiña, Tamayo, Molina, Mikel Valverde, Piñata, Pallarés, Nono Kadaver, Larry, Alvaro Ortega, Gambarte, Sumus... un buen puñado de autores que merecen la pena. También publican unas cuantas páginas de autores no habituales realizadas a modo de homenaje a la revista: Miguel Ángel Martín, Manel Fontdevila, Monteys, Miguel Brieva, Manuel Bartual, Darío Adanti, Azagra, El Listo, Lalo Kubala y Miguel Gallardo. Como siempre, el carácter semi-profesional de la publicación produce los lógicos altibajos al sacar autores novatos que todavía no están muy curtidos. Claro que también sacan a autores que ya llevan la tira de años que tampoco tienen nada de gracia.
Pues nada, desde aquí les deseo que lleguen al número 1000. Como propina, os dejo la dirección de su antigua web y un montaje con las 100 portadas.
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