De las series de género fantástico que se publican actualmente, Fábulas es una de las que más me gusta. En ella Willingham, su guionista y creador, reúne a los protagonistas de los cuentos tradicionales y los sitúa en el mundo actual tras haber sido expulsados de sus mundos de fantasía por el terrible Adversario y sus interminables ejércitos.
Este tomo está protagonizado por un personaje que hasta ahora había sido un secundario, Ambrose, también conocido como Papamoscas, del cuento El Príncipe Rana. Papamoscas había enterrado en lo más profundo de su mente los dolorosos recuerdos de la pérdida de su familia en la invasión por parte del Adversario de sus tierras, pero en un tomo anterior empezó a recordarlo. En este tomo, ayudado por el fantasma de Sir Lancelot (el de las leyendas artúricas), decide volver a las Tierras Natales y fundar un nuevo reino en el que dar refugio a todo aquel que huya del Adversario. Para ello contará con la ayuda de los espíritus vueltos de nuevo a la carne de antiguos compañeros ya muertos. Me gusta mucho el tratamiento que le da Willingham a este personaje, muy difernete a los típicos héroes que solemos encontrar en los relatos de fantasía: un tipo sencillo que prefiere solucionar las cosas buscando derramar la menor cantidad de sangre posible.
En el apartado gráfico contamos con el dibujante habitual de la serie, Buckingham, que cada vez me recuerda más a Kirby, mezclado con algunos autores más modernos, como Davis o Bolland. Esta influencia kirbyana se nota especialmente en este tomo en las armaduras y algunos de los monstruos que salen.
Hacia mitad del tomo hay un interludio en el que Willingham retoma la trama de los hijos de Blancanieves y el Lobo Feroz, dibujada por Aaron Alexovich, el creador del cómic Serenity Rose. La historia, como cada vez que aparecen los niños-lobo, se vuelve un poco ñoña y con coñas sin mucha gracia. Además, el estilo de Alexovich, una mezcla de amerimanga y rollo gótico, no me emociona demasiado. Y no digo que sea mal dibujante, ojo, pero su diseño de personajes me chirría un poco demasiado.
Este tomo está protagonizado por un personaje que hasta ahora había sido un secundario, Ambrose, también conocido como Papamoscas, del cuento El Príncipe Rana. Papamoscas había enterrado en lo más profundo de su mente los dolorosos recuerdos de la pérdida de su familia en la invasión por parte del Adversario de sus tierras, pero en un tomo anterior empezó a recordarlo. En este tomo, ayudado por el fantasma de Sir Lancelot (el de las leyendas artúricas), decide volver a las Tierras Natales y fundar un nuevo reino en el que dar refugio a todo aquel que huya del Adversario. Para ello contará con la ayuda de los espíritus vueltos de nuevo a la carne de antiguos compañeros ya muertos. Me gusta mucho el tratamiento que le da Willingham a este personaje, muy difernete a los típicos héroes que solemos encontrar en los relatos de fantasía: un tipo sencillo que prefiere solucionar las cosas buscando derramar la menor cantidad de sangre posible.
En el apartado gráfico contamos con el dibujante habitual de la serie, Buckingham, que cada vez me recuerda más a Kirby, mezclado con algunos autores más modernos, como Davis o Bolland. Esta influencia kirbyana se nota especialmente en este tomo en las armaduras y algunos de los monstruos que salen.
Hacia mitad del tomo hay un interludio en el que Willingham retoma la trama de los hijos de Blancanieves y el Lobo Feroz, dibujada por Aaron Alexovich, el creador del cómic Serenity Rose. La historia, como cada vez que aparecen los niños-lobo, se vuelve un poco ñoña y con coñas sin mucha gracia. Además, el estilo de Alexovich, una mezcla de amerimanga y rollo gótico, no me emociona demasiado. Y no digo que sea mal dibujante, ojo, pero su diseño de personajes me chirría un poco demasiado.
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