Blutch es uno de los autores más interesantes de los publicados por la editorial de vanguardia comiquera L'Assotiation y es una pena que en España apenas hemos podido ver publicado su trabajo. Peplum, una de sus obras más aclamadas, publicada originalmente en Francia en 1996, por fin vio la luz en nuestro país gracias a Ponent Mon hace mes y medio.
Peplum es una adaptación libre de El Satiricón. Muy libre, según leo por ahí (me temo que no me he leído la novela de Petronio). Es una obra densa, en la que Blutch se emplea a fondo en el uso de los diferentes recursos con los que cuenta el cómic como medio artístico. También abundan las dobles lecturas y los simbolismos, que hacen que se espese más. Aún así, para mi ha sido una lectura apasionante, disfruté seguidas las 160 páginas de las que consta sin apenas levantar la vista del tomo.
La historia comienza hacia los últimos días del gobierno de Julio César y narra las desventuras vividas por el único superviviente de un grupo de romanos exiliados que encuentran una mujer de belleza sin igual encerrada en un bloque de hielo. Asumiendo una identidad que no es la suya, va cayendo en el horror de la locura, dejando todo de lado por sus deseos inalcanzables.
Blutch ambienta la historia perfectamente con sus dibujos en estricto blanco y negro, utilizando la mancha y una línea quebrada ideal para transmitir la violencia, la angustia y la agonía en que se sumerje el protagonista.
Peplum es una adaptación libre de El Satiricón. Muy libre, según leo por ahí (me temo que no me he leído la novela de Petronio). Es una obra densa, en la que Blutch se emplea a fondo en el uso de los diferentes recursos con los que cuenta el cómic como medio artístico. También abundan las dobles lecturas y los simbolismos, que hacen que se espese más. Aún así, para mi ha sido una lectura apasionante, disfruté seguidas las 160 páginas de las que consta sin apenas levantar la vista del tomo.
La historia comienza hacia los últimos días del gobierno de Julio César y narra las desventuras vividas por el único superviviente de un grupo de romanos exiliados que encuentran una mujer de belleza sin igual encerrada en un bloque de hielo. Asumiendo una identidad que no es la suya, va cayendo en el horror de la locura, dejando todo de lado por sus deseos inalcanzables.
Blutch ambienta la historia perfectamente con sus dibujos en estricto blanco y negro, utilizando la mancha y una línea quebrada ideal para transmitir la violencia, la angustia y la agonía en que se sumerje el protagonista.
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