En concierto: The Cute Lepers + Buzzcocks

Anoche, nuevamente en la sala El Sol, teníamos una cita que no podíamos eludir...

Por lo pronto abrían, con la sala casi llena, The Cute Lepers, el grupo de Seattle dedicado al revival de la new wave inglesa, muy recomendables si te molan Generation X, Undertones y similares, mezclando lo mejor de los grupos de finales de los 70's... punk pop, powerpop y mod revival muy auténtico. A diferencia de la primera vez que les vimos, esta vez traían dos chicas haciendo los coros, lo que acentuaba aún más su estilo y les daba un toque de distinción. Abrieron con Out of order y siguieron con Terminal boredom (mi favorita) sin darnos tiempo para respirar. Creo que tocaron su álbum entero y alguna canción más que no conozco, de los singles y tal... Estuvieron de puta madre, aunque la peña estaba un poco fría, claro, todos estaban ansiosos de pasar al plato fuerte de la noche.

Y es que Buzzcocks son toda una institución dentro del punk pop que los Lepers emulan, además de ser uno de mis grupos favoritos de toda la vida. De la formación clásica sólo quedan Pete Shelley y Steve Diggle, que ya están mayorcitos, pero con los primeros acordes nos despejaron las pocas dudas que podíamos tener y en cuanto Shelley cantó las primeras estrofas de Fast cars nos tenía a todos en el bolsillo. En la primera parte del concierto se dedicaron a tocar, sobre todo, canciones del sus LP's Another music in a different kitchen (Fast car, No Reply, Love battery, Sixteen, I don't mind, Fiction Romance, I need...) y Love bites (Ever fallen in love (with someone you shouldn't 've), Just lust, Sixteen again, Love is lies...), así como de discos posteriores y más experimentales, alternando entre canciones más cañeras y canciones más post punk, permitiéndonos descansar entre pogo y pogo. Se guardaron para los bises, los muy cucos, sus canciones editadas originalmente en singles: Orgasm adict, What do I get?, Promises, Oh shit, Harmony in my head, Autonomy, Noise annoys, Lipstick... con las que la fiesta llegó a su apogeo con un pogo sin tregua y un Diggle agradecido y emocionado (en parte por el champán) rompiendo micrófonos como un enajenado.

Fueron al concierto: Von Kutren y Alcapone.