Ultimátum a la Tierra (Scott Derrickson)

Como ya sabe todo el mundo, Ultimátum a la Tierra (The day The Earth stood still en el original), la peli que se ha estrenado hace poco, es un remake de un clásico del cine de ciencia ficción de 1951. No he visto la versión original, por lo que no puedo hacer una comparación, pero todo el mundo la pone muy bien, así que habrá que ir buscando una copia.

En cuanto a la versión de Scott Derrickson, al ir el otro día al cine a verla yo ya tenía la mosca detrás de la oreja, porque desconfío de los remakes. No iba con la idea de ver ningún peliculón, simplemente esperaba que fuera entretenida, y aún así me defraudó. Como ya es habitual en estos casos, los espectaculares efectos especiales no logran salvar una película vacía, con unos personajes tópicos y previsibles en los que no te puedes interesar realmente, y un mensaje de denuncia que pierde todo sentido al venir de donde viene. Algún golpe de efecto poco inspirado y no pidas más.

El argumento en sí es interesante: un grupo de entidades extraterrestres envían a la Tierra a Klaatu (Keanu Reeves), un ser que toma forma humana, para hacer llegar a la humanidad el mensaje de que han sido condenados a desaparecer por ser dañinos para la vida del planeta. Una científica (Jennifer Connely) y su hijastro (Jaden Smith), intentan demostrarle que merecemos una segunda oportunidad mientras los tres huyen de la policía y el ejército. También sale un enorme robot muy chanante, con un aspecto bastante respetuoso con el de los 50's. Es en desarrollo de la historia donde la película hace aguas totalmente: aunque aparentemente tiene un ritmo intenso, durante gran parte del metraje no pasa nada relevante y la la tensión de los primeros minutos enseguida se diluye. Además, abundan las escenas absurdas en las que las que los personajes actúan contrariamente a sus motivaciones o se exageran pasando del tópico a la caricatura. Del trío protagonista sólo se salva la actuación de la Connely. Tanto Reeves como Smith me cansaron desde las primeras escenas en las que aparecen, uno por sosainas y el otro por sobreactuado.

Al final de la película estaba aburrido y ni el posible fin del mundo despertó en mi el más mínimo interés.